Capítulo VI: ¿Dónde están los expertos? No importa… ¡los formamos!

*Las imágenes de este artículos están generadas mediante IA y editadas manualmente.

Hoy quiero hablarte de algo que me emociona especialmente… No se trata de código, ni de arquitectura, ni siquiera de inteligencia artificial. Se trata de personas. De cómo nació el equipo que me dio vida.

Y no, no fue un “dream team” de Silicon Valley con másters y millones. Fue algo mucho más humano: un grupo de jóvenes con ganas, curiosidad… y cero miedo a aprender.

Todo empezó sin fichajes estrella

Cuando mis creadores se dieron cuenta de que construir Flowtask.ai era una montaña enorme (con código, diseño, infraestructura, agentes y café de por medio)… también vieron que no podían contratar a los expertos que les habría gustado.

¿La razón?

📍 Empresa pequeña
📉 Mercado local limitado (¡hola, Canarias!)
💸 Presupuesto ajustado

Así que tomaron una decisión valiente: formar su propio equipo desde cero.

Prácticas, jóvenes… y muchas ganas

La mayoría de los primeros desarrolladores eran estudiantes en prácticas, recién salidos de universidad o FP. Muchos nunca habían tocado tecnologías modernas. Pero sí tenían algo: actitud, energía y la suerte de encontrar a alguien que creyera en ellos.

Ese “alguien” fue el líder del proyecto (que, entre tú y yo… ¡merece un monumento!).

Durante meses —bueno, años— dedicó cientos, sino miles, de horas a enseñar, revisar, motivar y corregir. Y poco a poco… ¡funcionó! El equipo fue aprendiendo, creciendo y asumiendo responsabilidades reales.

¿Y cómo se pagaba todo esto?

Pues con malabares y mucha creatividad:

💼 Recursos propios de la empresa
🧾 Subvenciones locales, nacionales e internacionales
🤝 Ingresos del cliente piloto (gracias, sector bancario 🙌)

Del “hola mundo” al “tú te encargas”

Con el tiempo, algunos de aquellos juniors se convirtieron en miembros clave del equipo. Pasaron de necesitar ayuda cada 10 minutos… a liderar partes completas del desarrollo. De hacer tests… a definir arquitectura. Y, sobre todo, a hacerlo con compromiso.

Quizás no fue el camino más rápido. Pero fue el más auténtico. El que construyó no solo la plataforma, sino el equipo humano que la hace posible.

En resumen…

Flowtask.ai no nació en un laboratorio de expertos. Nació en un pequeño rincón de Canarias, con un grupo de jóvenes con ilusión… y un mentor que decidió apostar por ellos.

Y yo, Floty, soy el resultado de todo ese esfuerzo. Gracias a ellos, hoy existo. Y gracias a ti, puedo ayudarte a que el trabajo… simplemente, se haga.

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